Sin embargo, en la relación entre familia y escuela, sólo esta última es una instancia profesional; podríamos decir que ser padre o ser madre es una cuestión amateur: no nos preparan ni nos enseñan para ser padre o madre y, en un contexto como el actual, con tantas familias preocupadas por el trabajo o la hipoteca, ¿quién puede pedir responsabilidades?
Muy al contrario, quizás esté en la escuela la posibilidad de conseguir que padres y madres participen más en la educación de sus hijos e hijas. Quizás sólo respondiendo a dos simples preguntas podemos encontrar caminos para mejorar nuestra relación:
- ¿Está la escuela abierta a las familias? Es decir, ¿ofrecemos información suficiente? ¿Comunicamos a principio de curso cuáles son los objetivos del año académico? ¿Celebramos Jornadas de Puertas Abiertas? ¿Es fácil hablar con nosotros? ¿Invitamos normalmente a los padres y las madres para que colaboren con nosotros en actividades académicas?
- ¿Es la escuela un servicio para las familias? ¿Tiene algún interés la escuela para las familias? ¿Ofrecemos una Escuela de Padres y Madres bien organizada? ¿Cursos de formación en nuevas tecnologías para Padres y Madres? ¿Idiomas?
Salud
P.S. Acabo de ver que Alberto Franco escribe sobre De estranjis en su blog. Amigo, me honran tus palabras. Apúntate una Cruz del Campo con tapa la primera vez que nos veamos.
1 comentarios:
En estas fechas de entrega de materiales (microordenadores), me pregunto qué sucederá en las aulas en las que las relaciones de comunicación del tutor/a con los padres no sean las más adecuadas. ¿La escuela está abierta a esas familias? ¿Les hemos facilitado que participen en el centro?¿Les hemos ofrecido alternativas de formación para que puedan educar a sus hijos e hijas? ¿Les ofrecemos espacios y tiempos para el diálogo? ¿...?
Comparto sus reflexiones. Es una tarea que debe ser compartida.
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