El texto se organiza en diez capítulos más dos secciones a modo de introducción y epílogo. El índice de contenidos es el siguiente:
- Un desafío humano
- Movimientos de población
- ¡América!¡América!
- Fría acogida en los países europeos
- Europa
- Los campos para extranjeros
- ¿El fin de los refugiados?
- Política de ciudadanía
- Organizar la movilidad
- Codesarrollo para las migraciones.
Hay palabras que llevan en sí el infortunio, que evocan conflictos, miedos, sufrimientos. Palabras malditas, preñadas de significados: emigración, inmigrante, extranjero. Desde hace unos años, unas décadas ya, estas palabras tienen la engañosa pretensión de describir una realidad y al mismo tiempo explicarla: dicho de otro modo, se han convertido en prejuicios...La inmigración y las migraciones que la hacen posible se han convertido así en un elemento imaginario a menudo sin relación con lo que son realmente. Esta imagen deformada, manipulada hasta la histeria, ha arraigado profundamente en el inconsciente colectivo de las poblaciones de los países desarrollados.Pero si nos dedicamos a la educación, o al menos tenemos una cierta conciencia social, no podemos basarnos en esos prejuicios de nuestro inconsciente colectivo a la hora de pensar y actuar profesional o socialmente. Es decir, necesitamos formarnos con un conocimiento más profundo de la realidad, especialmente si nuestro objeto de estudio es tan complejo como las migraciones y sus muchas variables.
Este libro puede, sin duda, ayudarnos en ese objetivo. Es un libro que abarca el fenómeno migratorio en su globalidad (desde la perspectiva social, económica, legal, personal,..., y también desde la visión del país de origen y del país destino). En ese sentido, es un libro amplio y denso, con una amplia y variada información y muchos datos socio-económicos. Además, se pretende estudiar tanto el caso de los EE.UU. (y su relación con México y América Latina) como de Europa -donde, por ejemplo, se dedica un espacio a Portugal que me ha parecido muy interesante ah, ese maravilloso desconocido país vecino, tan cerca, tan lejos.
Personalmente, este libro me ha aportado muchas reflexiones valiosas. Comento aquí dos de ellas: en primer lugar, la dificultad de definir, aceptar y poner en práctica el papel de los refugiados en el marco del cierre de fronteras (que sólo se abren por razones económico-laborales) además de conceptos como el de "países terceros seguros" con los que Europa subcontrata la gestión de los flujos migratorios a terceros países, con grave riesgo para la protección de los derechos de los migrantes. Este debate es importante porque, sólo movidos por la economía, nos arriesgamos a perder todo atisbo de respuesta humanitaria, por ejemplo ante el horror africano (SIDA, sequía, malas cosechas, guerras endémicas,...).
En segundo lugar, la necesidad de hacer política migratoria tomando las migraciones en su globalidad. Es decir, necesitamos fomentar la integración, sí, pero también tratando el racismo y la xenofobia; necesitamos exigir visados y demás requisitos, pero también proteger los derechos de los inmigrantes como ciudadanos, trabajadores, etc; necesitamos hacer política interior, pero también apostar por el codesarrollo y el trabajo "en ambas orillas",...
En fin, "Y vendrán..." es un libro que abre líneas para el debate y la reflexión, pero que también se compromete aportando líneas de actuación: una enriquecedora lectura para no caer en estereotipos y simplificaciones heredadas de los medios de comunicación.
Os dejo con algunas citas:
- África es el continente donde se produce el mayor desplazamiento de poblaciones. La mayoría de los flujos migratorios africanos los soportan los propios Estados africanos.
- La presión migratoria [sobre España] no va a ceder y procederá sobre todo del África subsahariana...El Mediterráneo es una zona de ruptura donde se concentran todas las contradicciones entre el Norte y el Sur. Las desigualdades económicas, demográficas y políticas, y las diferencias culturales van a incrementar las tensiones y convertir a este país en un laboratorio para las emigraciones futuras.
- Aunque no sea posible detener los movimientos de poblaciones ni erradicar de la noche a la mañana la miseria y la desesperación que los hacen posibles, sí es indispensable hacer que se respeten los derechos humanos. Los nuevos parias de la Tierra también tienen derecho al Derecho.
- Los desplazamientos de población son hoy un problema mundial. La mejor manera de actuar sobre sus causas es la prevención de las crisis y de los conflictos. Todo el mundo sabe que la única respuesta auténtica y estable es el desarrollo, la democratización y la estabilización política y social de las poblaciones en sus países de origen. Europa, el continente más rico del planeta, puede contribuir a este objetivo. Hay soluciones, pero falta voluntad de ponerlas en práctica. Y además costarían menos que las gigantescas sumas que se gasta en erigir fronteras falsamente herméticas, alambradas humillantes y legiones de policías y carabineros dedicados a la caza de los nuevos parias de la Tierra.
- Los efectos del paro, la precariedad, el fracaso escolar, la competitividad en el mercado laboral y la territorialización en barrios relegados son devastadores, provocan el repliegue comunitario y el sentimiento de dejar de pertenecer al Nosotros común del país de acogida porque impiden la nacionalización de estas poblaciones y la entregan a los defensores de los identitarismos étnicos, religiosos o tribales.
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