Amanece. El sol del año nuevo rompe la noche y con él llegan la esperanza y la incertidumbre.
Estos días muchos deciden sus propósitos para el nuevo año: no es más que un intento de dominar lo imposible y racionalizar el absurdo de no saber qué está por venir. Yo me apuntaré a un gimnasio, como todos los años.
Bienvenido, 2009
Hace algunos días El País hacía algunas recomendaciones de páginas para los buenos propósitos. Pueden servir, quizás.