Desde la promulgación de la LOE el currículo está orientado hacia el desarrollo de las competencias básicas de nuestros estudiantes. A partir de ahí surgen una serie de preguntas lógicas: qué son las competencias básicas, cómo podemos contribuir a su desarrollo y qué relación tienen con las materias y áreas de conocimiento del currículo, cómo podemos evaluarlas, qué cambios implican en la organización y funcionamiento de los centros, etc.
Algunas de estas preguntas intenta resolverlas (al menos mínimamente) la propia normativa, sobre todo a través de los anexos uno y dos de los Reales Decretos de Enseñanzas Mínimas para Educación Primaria y Secundaria, donde se indica el sentido de las competencias básicas y la contribución de cada una de las materias y áreas de conocimiento (para lo cual, indirectamente, también se señalan formas de trabajo en el aula). Sin embargo, a pesar de su importancia, muchas otras preguntas quedan sin resolver desde la administración (aunque hay administraciones autonómicas, como Cantabria, que sí han proporcionado respuestas a su profesorado de manera más clara que otras).
El espacio vacío dejado por la administración ha sido ocupado por diversas publicaciones desde 2006 hasta la fecha (como, por ejemplo, la colección de Alianza Editorial), así como por distintas propuestas de formación desarrolladas a través de los centros del profesorado de toda España. La calidad, el valor práctico o incluso la adecuación a la normativa de estas propuestas son cuestiones que deben resolver quien adquiera esos libros y quien organice o participe en esas experiencias de formación. En todo caso, ninguna de estas propuestas son "de obligado cumplimiento", entre otras cosas porque todas ellas están aún en fase "experimental" y ninguna de ellas puede garantizar un impacto positivo en el desarrollo de las competencias básicas más que por analogía con otras experiencias previas, nacionales o extranjeras. Es decir, el valor de estas propuestas es argumentativo, pero no empírico: pueden convencer o no, pero no pueden demostrar su valor real más allá del plano de las suposiciones.
Nuestra propuesta se llama Proyecto iCOBAE y tiene cuatro principios (que se aplican tanto al trabajo del profesorado como a nuestro propio trabajo): leer y dialogar, probar, capacitar, difundir.
- Leer y dialogar: estas son las bases de nuestra propuesta; no se puede ser educador sin leer pero tampoco sin dialogar con los compañeros y compañeras acerca de nuestra lectura, a modo de reflexión compartida sobre el discurso educativo.
- Probar: una propuesta de trabajo con el profesorado que no ha sido puesta en práctica por quien la expone es siempre cuestionable; nosotros diseñamos nuestras propias "tareas integradas" y las ponemos en funcionamiento para ver cómo funcionan. A finales de marzo estaremos en primero de ESO trabajando con la representación a escala del sistema solar; ya os contaré.
- Capacitar: la incorporación de las competencias básicas no es simplemente una cuestión de más formación, sino de capacitación, es decir, de tomar conciencia de que somos capaces de contribuir al desarrollo de las competencias básicas y de que, para ello, tendremos que utilizar las estrategias docentes y los recursos más adecuados (y si no contamos con ellos, entonces sí necesitaremos formación o medios provenientes de los centros del profesorado, la administración u otras fuentes). Capacitarnos implica reflexionar sobre nuestra práctica profesional y, a partir de ahí, buscar su desarrollo permanentemente.
- Difundir: para eso este blog es fundamental, pero también la participación en un buen número de jornadas a lo largo de estos años. La difusión es el mejor mecanismo para recibir feedback y comentarios para mejorar nuestra propuesta. Por eso la difusión de las buenas prácticas en los centros es garantía de mejora del sistema. Hagamos menos formación transmisiva y más visitas a los centros con experiencias interesantes: es más creíble y, probablemente, más barato.
- Si quieres contribuir al desarrollo de las competencias básicas de tus estudiantes, renuncia a la lección magistral.
- Una exposición puede ser útil, pero no puede ser nuestra única estrategia docente. Es necesario ampliar el repertorio.
- Piensa, dentro de tu área de conocimiento o de cada materia, cómo puedes contribuir a cada competencia y busca mecanismos de información sobre el desarrollo de cada competencia en tu área.
- Si trabajas el léxico especializado de tu área de conocimiento, ¿cómo puedes observar si tus alumnos y alumnas lo entienden y lo saben manejar?¿Puede tu alumnado trabajar en equipo para resolver un problema matemático?¿Cómo les ayudas para que hagan propuestas de investigación y las desarrollen de manera autónoma en Conocimiento del Medio o en Ciencias de la Naturaleza?
- Una vez al trimestre, diseña junto con tus compañeros y compañeras una "tarea integrada" en la cual sea necesario utilizar el conocimiento de diversas áreas o materias para resolver una situación problemática, realista y novedosa de mayor complejidad.
- Cuando diseñes tareas integradas, no creas que es necesario tener una gran imaginación (aunque es conveniente y ayuda). Lee con atención los criterios de evaluación de las áreas que queráis vincular; ahí se esconden tareas esperando que tú les des vida.
3 comentarios:
Amigo, sabes que te aprecio mucho y comparto bastante tus ideas en relación a este tema pero el trocito de texto "(...)renuncia a la lección magistral" es un poco fuerte (totalmente de acuerdo con la idea pero me quedo con el subtítulo de ese apartado 1)
Piensa que es difícil cambiar, de buenas a primeras, una cultura profesional muy arraigada. Cuanto 'tocamos' la metodología docente en el aula, yo apuesto por una incorporación progresiva de diversas estrategias metodológicas (y por tanto de evaluación) que sean más coherentes con la normativa y los tiempos (estoy convencido de que serían más efectivas)
La lección magistral seguirá existiendo pero sería interesante avanzar a un modelo mixto donde convivan diversas estrategias docentes, entre ellas la susodicha, que queden plasmadas de manera coherente en la programación de aula y departamento/ciclo.
Piensa que el alumnado también tiene que "acostumbrarse" al cambio, te lo digo por experiencia personal.
Un abrazo.
Amigo Nicolás, gracias por visitar De estranjis.
Yo creo que en realidad estamos los dos de acuerdo incluso en esa renuncia a la lección magistral (o al menos eso espero de ti como asesor de un CEP, como profe de Matemáticas y como buen profesional que eres,).
La renuncia a la lección magistral como modo principal de trabajo es irrenunciable; otra cosa es cómo debemos hacerlo: radicalmente, gradualmente, por fases, una vez al mes, tres veces al curso, etc. La lección magistral deja fuera de juego a muchos estudiantes porque hoy no es, simplemente, la mejor forma de ofrecer información; mucho menos si es la principal fuente de información.
Un sistema educativo basado en lecciones magistrales (pero incluidas, fundamentalmente, la universidad o las oposiciones) nos lleva al sitio donde estamos. Y ahí no podemos seguir.
Saludos
(FUENCISLA, SANTANDER)
Incuestionable y totalmente eficaz lo que dices. Y encima en dos folios (más facilitador, imposible).
Mi pregunta: en tus recorridos por la formación planetaria, ¿sientes que te hacemos caso?
En el supuesto de apreciación negativa, ¿por qué crees que es poco el caso que se te hace?
Ejemplo, en Cantabria, donde ya estás en la categoría de formador honorífico: encandilas, das tema para muchs cafés, nos dejas guiños de complicidad en debates propios, DEJAS CONCRECIONES, buen rollo, etc.
La losa de la inercia es tremenda. Menos mal que SIEMPRE hay brotes verdes de lujo: en Infantil, Primaria, Secundaria, Adultos, eduación no formal. Y a veces, incluso, llegan a la Administración.
Bss, Truji
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