Hace un año aproximadamente
escribí lo siguiente:
La próxima vez que me encuentre con alguien que me diga que va a hacer una visita de estudios a Finlandia ya sé lo que le voy a decir: "¿Para qué quieres ir a Finlandia, si puedes aprender más en Jaca, en Pamplona, en la Cala de Mijas, en Albacete o en Hospitalet? No busques en la Laponia lo que tienes junto a ti: mira a tu alrededor y visita los centros que están haciendo una buena labor, aprende de ellos y aplícalos en tu propio centro. Así puedes hacer de tu escuela una nueva Finlandia".
Tras visitar el CEIP San Juan de la Peña decidí que "Finlandia" está entre nosotros y que los medios no hacen honor a los muchos centros que ofrecen una educación de calidad al destacar, de manera continua, el fracaso de nuestro sistema escolar sin referirse nunca a ellos como contrajemplos del fracaso. No podemos permitirlo y tenemos que decirlo en voz alta: hay muchos centros ejemplares en nuestro país y tenemos que conocerlos y valorarlos. Así pues, desde aquella visita a Jaca estoy buscando Centros Finlandia.
Es, evidentemente, una metáfora (¿hay que explicarlo?): no somos finlandeses ni queremos serlo. Para mí, un Centro Finlandia es aquel que apuesta por el éxito, tanto académico como social, de su alumnado a través de una organización de centro y un proyecto educativo eficaz. Esto suele implicar un equipo directivo con un marco pedagógico claro y con la voluntad de llevarlo a la práctica, un claustro profesional y voluntarioso, unos padres y unas madres decididos a participar en la educación de sus hijos e hijas y auspiciados por el centro para hacerlo y, en ocasiones, un entorno que arropa la actuación educativa del centro - aunque esto en muchos casos no sólo no ocurre sino que el entorno es una amenaza para el centro o para su alumnado, por lo cual ser un Centro Finlandia tiene un doble mérito.
En el encuentro en la Fundación Telefónica del pasado sábado mi amiga
Lola Urbano y yo hablamos sobre Finlandia. Ella me decía que puede haber Profesorado Finlandia y yo optaba por el Centro Finlandia; hace ya tiempo que decidí reconocer el mérito a los francotiradores educativos pero lo que necesitamos son centros educativos - en el sentido más global de la palabra - que posean y pongan en práctica un proyecto educativo inclusivo de educación de calidad; si sólo tenemos francotiradores, en realidad dejamos al alumnado
en manos del azar y no es el azar muy profesional normalmente. Así que, si me quieres ayudar y conoces algún Centro Finlandia, te agradezco la referencia.
Para acabar, en una entrada reciente en su blog,
Lola nos dice que
ella no es finlandesa. Yo tampoco. Ni falta que nos hace. En realidad a mí, más que Finlandia (donde he estado en un par de ocasiones), a mí me gusta Ítaca. Aquí te dejo mis razones.
Ítaca
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
Los lestrigones y los cíclopes
y el feroz Posidón no podrán encontrarte
si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,
si tu alma no los conjura ante ti.
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,
y comprar unas bellas mercancías:
madreperlas, coral, ébano, y ámbar,
y perfumes placenteros de mil clases.
Acude a muchas ciudades del Egipto
para aprender, y aprender de quienes saben.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.