Imagen: matias asun
Para ti, yo soy nadie. No te acompaño en la primera fila de tus congresos. No asisto a tus inauguraciones. No me siento contigo en tus Consejos ni tengo tu teléfono para poder llamarte.
Yo soy nada para ti: un mero número en un listado de trabajadores. Para ti no tengo nombre ni tengo apellido, no tengo acciones ni tengo poder. Cuando quieres pensar en un maestro o una maestra, eso es lo que piensas: piensas en un nadie.
Nunca has dado valor a lo que hago porque yo trabajo con niños y con niñas. Les acompaño en su camino desde que empiezan a andar hasta que son hombres y mujeres. Veo cómo cambian sus caras, cómo crecen sus cuerpos y cómo pueden volar y expandirse sus ideas cuando las agitamos al viento. Enseñar es mi privilegio y no lo cambio por nada.
Tú, mientras tanto, sigue creyendo que soy nadie: muy pronto descubrirás que te equivocas.
¿Quieres saber quien soy? Cuando coges un taxi, allí estoy yo. Cuando vas al médico, allí estoy yo. Cuando compras en una tienda, allí estoy yo. Detrás de cada adulto hay un niño o una niña a quien yo he enseñado y estoy dispuesto a perdirles a todos que nos ayuden.
Soy un nodo en una red gigantesca, una enorme ola dispuesta a decirte que te has equivocado: la escuela de hoy es nuestra vida mañana y no queremos que te la juegues a los dados.
Nos vemos el día 22.
1 comentarios:
Orgullosa de ser una nadie, y convencida del poder que tenemos los nadies.. solo tenemos que creérnoslo de una vez...
Por supuesto estoy en huelga.
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